Después de diez minutos de ver el piso y sentir un poco de frió decidí entrar, así que pase entre la gente que estaba alborotada en la puerta, algunos con cajas de cerveza, alguno que otro desconocido me pasa la voz, a lo que yo saludo sin preocuparme mucho en recordar quien es, llego hasta la puerta hay un gordo sudoso moreno y me ve con cara de pocos amigos –¿tu nombre sobrino?- sonrió tímidamente –Marcelo pero me dicen Marce- el tipo mira mi polo, se sonríe pero antes me ve de pie a cabeza con cara de cachaciento como si mi polo lo estuviese desafiando –¿y que quieres?- su respuesta me indigno, me dio cólera y me puse como objetivo que tipos como este acomplejado no iban a interferir en mi diversión así que lo mire y le dije- vengo a charlar con un pobre huevon- el tipo me miro se indigno pero a la vez mi comentario lo hizo reír –graciosito eres –ya pe tío déjame entrar, -ya pasa nomás- y así entre con rumbo a mi iniciación de las muchas noches de destrucción que hasta hoy las recuerdo con nostalgia
Estaba medio sorprendido de lo que veía estaba prácticamente todo mi colegio, años superiores es decir lo bastardos que cursaban quinto de media ( lo mejor de esa promoción eran los culitos que tenían, eran increíblemente buenos y creo que hasta hoy las promociones del Maristas continúan con la misma tradición, pero esta tradición parece que le dio la espalada a la mía, no digo que sean feas pero ninguna chica de esta mi promoción sobresalía y eso era lo que mas le jodia a las chicas de mi promoción saber que estaban cagadas), también chicas de años inferiores, chicas de tercero de media que ya les estaba dando el estirón y ya se les notaba las tetitas y el culito, particularmente alguna de ellas hacia que se me parase, pero todo dentro de lo normal, la gente de aquella reunión ya estaban bailando y uno que otro, los gileritos ya estaban agarrando en los lados oscuros de esa quinta, yo aun no encontraba a nadie y me llegaba que lo mas interesante hasta ahora haya sido mi conversación con ese gordito...
Escucho mi nombre y volteo a ver quien a sido, era Gabriela una amiga con la que desde un principio hubo una relación de odio por parte ella, yo le miraba su culo, pero ella me quería matar, solo por haberle pisado su pie y haberle dicho mostra de mierda mientras exponía un tema, son solo chiquilladas palomilladas, una joda para las chicas nuevas, porque Gaby era nueva y estaba rica, ella lo sabia, todos lo sabíamos pero nunca nadie se lo diría, preferíamos joderla para captar su atención, como vuelvo a repetir éramos unos perfectos cojudos, luego con el tiempo nos convertimos en muy buenos amigos, (ella creo que en un tiempo supo que le tenia ganas) –hola Gaby- le doy un beso en la mejilla.
-Marce, hola ¿estas solo?
-si, estoy solo –pero viéndola ya no creo que lo este, estaba buenísima, tenia un jeans al cuete, también usaba gafas y eso me excita en una chica, me encantaba su cabello negro y su forma desafiante de hablar, no tenia muchas tetas pero ¿qué importa?.
-mmm, bueno ¿vamos a bailar?- odio bailar, porque no se o almenos no soy tan bueno como otros y Gaby era una bailarina por excelencia y para mala suerte mía pasan un merengue de Wilfrido Vargas, -ya pues- cuando bailaba miraba al cielo y dentro de mi decaí esta mierda ya va a pasar, pero tu no te vallas y no me dejes solo Gaby.
-Que duro eres bailando Marce- si pues Gaby he nacido con dos piernas izquierdas- no importa amiguito- ella se reía y eso me llegaba, me avergonzaba, -Gaby tengo sed, ¿quieres tomar algo?, -¿qué, me vas a invitar algo tu?- esa respuesta me hizo recordar que era un misio y que chicas como Gaby no podían estar con misios, pero esa noche no me sentía misio y tenia un az bajo la manga, le tenia mucha confianza, -claro pues cojuda o ¿qué crees, que el único que tiene plata es el saco largo y granudo de tu enamorado?, supe que ese comentario le hirió en alma pero ella empezó primero, -ya no lo jodas no tardara en venir- ella piensa en algo me ve detenidamente y hace un gesto pícaro- compremos tres cervezas entre ambos ¿te parece? –claro- dejamos de bailar y fuimos aun stand de madera, un lugar que parecía una chocita , compramos la cerveza y entendí que esta fiesta era un negocio de quinta y habían puesto de pretexto el cumple del gordito Padilla para lucrar, así somos los peruanos bien chambas, bien recurseros , bien hijos de puta y digo bien hijos de puta porque hasta el gordito Padilla dueño de la fiesta tenia que comprar sus chelas.
martes, 9 de junio de 2009
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