martes, 9 de junio de 2009

la primera vez


Era una noche cualquiera sin mayor interés que la fiesta del gordito Padilla, un sujeto que no era mas que admirado que por sus amiguitos de salón y alguno que otro cretino de años inferiores y obviamente sus padres.

Con Padilla éramos tan solo conocidos, amiguitos alguna vez de pichanguita nada fuera de lo común, digamos que cubría los requisitos para poder estar en su fiestecita, para mi una fiestecita hasta ese entonces era ir a bailar fumarme un cigarrillo sin golpear y ver gente libar cerveza (obviamente gente mayor y con plata), como aun no disfrutaba de las delicias pasajeras del dinero, compraba un combinado ( aun lo recuerdo con nostalgia esa mezcla de jugo de maracuya con ...mejor no saberlo , digamos que los 3 soles el litro lo valían ) llamado POPEYE y tomábamos con los chicos del salón y algunos de otros salones, se me olvidaba estudiaba en uno de los mejores colegios de San Juan de Miraflores ..el Maristas..el Maricas...

Esa noche de Viernes aun no sentía el poder jalador de las noches de fin de semana, creo que fue la ultima vez que sentí interés por las noches tranquilas pero aun así iría a la fiestita del gordito Padilla pedí permiso en mi casa, me despedí de mi madre con un beso y le dije la clásica frase de los Viernes:..ey ma, mi propis pe... supongo que me decía en voz baja : Hasta cuando manganzón, luego me daba 15 soles y salía.

Antes de salir me encerraba en mi cuarto y pensaba en todas las locuras que me hubiesen gustado realizar, digo realizar porque muchas de ellas quedaron en solo eso un deseo, mi timidez y mi falta de confianza me hicieron ser un chico en escala menos de lo normal para conseguir un culito un fin de semana, la verdad mas me emocionaba el pensar que el acto en si.....

Eran las 10 de la noche ya estaba casi listo, bañadito con el jeans planchado y el polito con el estampado.... Soy canchero y voz..?... era un polito que me hacia sentir seguro, con confianza en mi pero la realidad es que era un tributo a la huachafeada, una mandada a la mierda a la originalidad de un adolescente .. uno porque de argentino no tengo nada y de canchero peor, pero a los 15 años uno sentía que tenia que aferrarse a algo para llamar la atención, esa noche esperaba que algo pasase lo que sea, esa sensación la sentí saliendo de mi casa, en ese entonces no me reunía con nadie prefería encontrar a mis amigo aya, solo caminaba por las calles para poder pensar, para poder alucinar, para poder llegar a la fiesta del gordito Padilla, compre un Hamilton y empecé a fumar mejor dicho a botar humo, como repito era una gran cojudez todo esto pero me hacia sentir seguro, las gafas me producían incomodidad, me producían un dolor en la sienes pero recuerdo que alguna vez le escuche decir a mi amiga Cecilia que me quedaban bien, que me daban un toque de intelectual (osea la de un baboso que arrechaba a tías por tener pinta de baboso), eso era motivo suficiente para soportar esa incomodidad, a media cuadra de llegar a la casa de Padilla se siente el bullicio pero algo me sorprendió antes de llegar, no era una fiestita, era la fiesta mas grande a la que había asistido en aquel entonces, toda la quinta donde vivía Padilla estaba cerrada y solo dejaban entrar a la gentita es decir los zampones se podían ir a la mierda, solo entraban la crema y nata del Maristas, me puse nervioso, así que trate de buscar a alguno de mis amigos y no encontré a nadie, estaba solo y no quería que me botasen de la fiesta porque no me conocían ... –puta madre que problema- saque otro cigarrillo y empecé a fumarlo, me senté en una esquina a analizar mejor la situación y de paso ver si alguno de mis amigos llegase.


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